A sus veinte años, Rosita y su novio se despiden, pues éste parte para América. Tras largos años de relación por correspondencia, el novio anuncia que se casa con Rosita por poderes. Pero estos no llegan.
Esta obra nos habla de la ilusión a lo largo del tiempo. En toda su ambigüedad, la ilusión significa perspectiva entusiástica, pero asimismo apariencia engañosa. ¿Cuál de estos dos componentes prevalece en las ilusiones de cada uno de nosotros? La ilusión es tanto el fin que perseguimos como el ferviente deseo que ponemos en él. Pero, por grande que sea el empeño y la esperanza, ese fin no siempre llega. ¿De qué depende el devenir de nuestras vidas? ¿De nuestra gran aspiración en querer labrarlo o hay algo inexorable que, por más fe que pongamos, no llega, al depender nuestro destino no sólo de nosotros, sino de las circunstancias, de la herencia, de Dios, del hado? Grandes interrogantes de la existencia humana. Pero ante la incertidumbre de lo que ocurrirá y de la posible adversidad, la sabiduría está en saber mantenerse digno frente a ésta. Esa es la lección que nos dan Rosita y esta obra |